sábado, 27 de septiembre de 2025

Módulo 2, clase 3. Vincularidades de pareja. Diplo C&C

 

Este material ha sido producido a partir de notas de clase y corresponde a la tercera sesión del segundo de tres módulos que integran la Diplomatura Universitaria en Masculinidades con Enfoque de Género, dictada por Gabriela Córdoba y Darío Casals durante 2025 en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).

El Curso 2 se titula "Masculinidades y Cuidados" y la tercera sesión abordó la Unidad 3: Vincularidades de pareja. Patrones relacionales, afectos e intimidad en los vínculos de pareja desde la óptica masculina. Modalidades vinculares actuales.

El contenido sintetiza un análisis exhaustivo sobre la crisis vincular contemporánea y la persistencia de las asimetrías de género, basándose en una investigación de campo con varones heterosexuales cisgénero de Tucumán. La sesión analizó la crisis vincular contemporánea, marcada por la coexistencia conflictiva de dos paradigmas: el Amor Romántico (centrado en la perdurabilidad y la asimetría de poder) y el Amor Líquido (caracterizado por la fluidez y la transitoriedad). Se presentó una investigación de campo con varones heterosexuales cisgénero de Tucumán, cuyos hallazgos revelaron la "reserva íntima masculina" como estrategia consciente para ocultar emociones y evitar la sensación de vulnerabilidad.

 

I. La Crisis Vincular Contemporánea: Coexistencia de Paradigmas

Las relaciones actuales se desarrollan en un contexto volátil marcado por el consumismo y la fascinación por la novedad. Esta dinámica genera una crisis por la coexistencia conflictiva de dos modelos relacionales:

  1. Paradigma del Amor Romántico: Centrado en la perdurabilidad y la exclusividad, con arreglos heteronormados y un erotismo de dominio masculino. Este modelo se basa en una asimetría de poder: dominio masculino y sumisión/cuidado femenino.
  2. Paradigma del Amor Líquido: Caracterizado por la fluidez, la transitoriedad y lo efímero. Bajo la influencia de Zygmunt Bauman, el compromiso duradero deja de ser atractivo, y la continuidad del vínculo depende de un cálculo individual de beneficios. El problema en este modelo no es la multiplicidad de historias, sino su "carácter de simulacros" sin disposición a asumir un compromiso.

La Persistencia de la Desigualdad

A pesar de los discursos feministas y democratizadores, las transformaciones sociales no han logrado conmover las estructuras patriarcales en la intimidad. Esto genera una "ilusión de equidad", donde persisten formas asimétricas de poder.

  • Socialización de Género: La educación tradicional preparaba a las niñas para "renunciar a sí mismas como prueba del verdadero amor" y apostar a la pareja como centro de sus vidas. En contraste, a los varones se les enseñaba a valorar su libertad y autonomía sin invertir en lo afectivo.

 

II. Hallazgos de Investigación: Patrones Masculinos en la Pareja

Una investigación de campo con varones heterosexuales cisgénero de 25 a 45 años de Tucumán reveló patrones específicos:

1. La Contradicción y el Modelo de Complementariedad

Los varones encuestados tienen una visión contradictoria de la pareja: en privado, la reconocen como una fuente importante de autoestima; en grupos de pares, manifiestan menosprecio del vínculo, asociándolo a aburrimiento o monotonía, para reforzar su independencia.

El modelo relacional dominante es el de la complementariedad, donde cada miembro suple las cualidades que el otro carece, lo que en la práctica deriva en una rigidez de roles y dependencia.

2. La "Reserva Íntima Masculina"

Un hallazgo clave es la "reserva íntima masculina": una estrategia consciente de los varones para ocultar emociones y omitir información ante la pareja.

  • Justificación: Es un mecanismo de defensa ante la percepción de ser controlados, juzgados o la posibilidad de perder la autosuficiencia.
  • Contenido Silenciado: Principalmente, se silencian las emociones y las necesidades, ya que podrían cuestionar el "dominio viril que deben ejercer". En este contexto, el amor se vivencia como un "juego" sin gran compromiso emocional.
  • La Intimidad Masculina: Si bien los varones anhelan la intimidad, sus formas de conexión tienden a ser sensoriales, concretas y prácticas. Consideran centrales las actividades compartidas ("acompáñame a lavar el auto") y la sexualidad como vías primordiales de conexión. El compartir estados afectivos es la modalidad más esquiva.

 

III. Ética del Encuentro: Responsabilidad Afectiva y Consentimiento

La sesión analizó dos conceptos éticos fundamentales para la construcción de vínculos más conscientes.

1. La Responsabilidad Afectiva

Se define como el compromiso de hacerse cargo del impacto de nuestras acciones, palabras y silencios sobre las emociones de las personas con las que nos vinculamos. Para contrarrestar la "lógica de lo descartable" y prácticas como el ghosting, se requiere:

  • Claridad Comunicacional: Hablar sobre intenciones, límites y expectativas.
  • Coherencia: Evitar dobles mensajes.
  • Sostenimiento de Conversaciones Incómodas: Asumir el diálogo en lugar de la evasión.

2. El Consentimiento Sexual

Se subraya que el consentimiento no es un acto neutro, sino que está atravesado por dinámicas de género (ej. a las mujeres se les inscribe en el rol de "resistir o conceder favores sexuales").

  • Cultura de la Confirmación: Es crucial transitar de una "cultura de la presunción" (asumir el consentimiento por defecto) a una "cultura de la confirmación", donde el consentimiento es activamente buscado y confirmado en cada etapa de la interacción.
  • Principios: El consentimiento debe ser dado libremente, sin presión ni manipulación, el silencio no es consentimiento, y puede ser revocado en cualquier momento.

 

IV. Estrategias de Comunicación: De la Culpa a la Asertividad

La clase propuso herramientas prácticas para mejorar la comunicación vincular, cuyo objetivo central es correrse de la lógica de "echar culpa" y fomentar la responsabilidad afectiva. El desafío clave identificado es la dificultad para diferenciar entre el sentir (emoción) y el pensar (intelectualización).

Se proponen dos estructuras para la expresión afectiva y la claridad en las peticiones:

1. Fórmula "Siento... Necesito..."

Similar a la Comunicación No Violenta, es más introspectiva y dinámica. Permite situar la emoción y la necesidad en uno mismo sin juzgar al otro:

  1. Me siento... (Identificación de la emoción: triste, frustrado, etc.).
  2. Cuando vos... (Situación o conducta del otro).
  3. Porque... (Explicación del impacto).
  4. Necesito... (Solicitud clara y específica).

2. Acrónimo DEPA (Descripción, Expresión, Pedido, Agradecimiento)

Considerada una técnica más estructurada y "cognitivo conductual", es útil para abordar conflictos específicos en la pareja.

  1. (D)escripción: Descripción objetiva del problema (Ej. "He notado que durante la cena estamos más enfocados en los teléfonos").
  2. (E)xpresión: Verbalización del sentimiento personal que genera la situación (Ej. "Me siento desconectado cuando pasa eso").
  3. (P)edido: Solicitud concreta y realizable (Ej. "¿Podríamos proponer dejar el teléfono a un lado durante ese momento?").
  4. (A)gradecimiento: Expresión de gratitud o el beneficio mutuo (Ej. "Gracias por escucharme").

 

 

Conclusión

La sesión concluyó que el panorama vincular actual está definido por una tensión constante entre las viejas estructuras patriarcales y las nuevas búsquedas democratizadoras, así como entre el anhelo de autonomía y la necesidad de sostén afectivo. A pesar de la "ilusión de equidad", las formas asimétricas de poder al interior de los vínculos persisten. La investigación con varones heterosexuales de Tucumán subrayó que el modelo relacional predominante es la complementariedad, que a menudo genera rigidez en los roles y depedencia.

El desafío para la intimidad masculina es significativo, ya que los varones tienden a recurrir a formas sensoriales, concretas y prácticas para conectarse. La sexualidad y las actividades compartidas son consideradas vías centrales de intimidad, mientras que el compartir estados afectivos resulta la modalidad más esquiva. Esta dinámica evidencia que "el hacer está reemplazando al decir", y muchos varones emplean la "reserva íntima masculina" para silenciar emociones y necesidades, buscando preservar el "dominio viril" y evitar que se cuestione su autosuficiencia.

Frente a la "lógica de lo descartable" y el simulacro asociado al "modelo Tinder", la clase enfatizó la necesidad de una ética del encuentro. Esto se cimienta en dos conceptos éticos fundamentales:

  1. Consentimiento Sexual: Se debe transitar de la "cultura de la presunción" a una "cultura de la confirmación", buscando el consentimiento libremente y entendiéndolo como revocable en cualquier momento.
  2. Responsabilidad Afectiva: Definida como el compromiso de hacerse cargo del impacto de nuestras acciones, palabras y silencios sobre las emociones de los demás.

Finalmente, se propusieron herramientas como la fórmula "Siento... Necesito..." y el acrónimo DEPA (Descripción, Expresión, Pedido, Agradecimiento). El objetivo de estos métodos es "correrse" de la lógica de "echar culpa" y fomentar la responsabilidad personal sobre los propios sentimientos y necesidades. La correcta aplicación de estas herramientas exige un alto grado de autoconciencia y la dificultad principal identificada fue la de diferenciar claramente entre el sentir y el pensar.

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