Masculinidades en Cruce: La Inseparable Dimensión de lo Íntimo y lo Político en la Visión de Fernando Pequeño Ragone

La comprensión de las masculinidades, según la perspectiva fundamental que aborda Fernando Pequeño Ragone, trasciende cualquier análisis unidimensional para anclarse en la inseparable construcción y la percepción simultánea de sus dimensiones subjetivas/íntimas y sociales/políticas. Esta integración no es meramente una herramienta teórica, sino que emana de una profunda convicción sobre la naturaleza situada del conocimiento y la experiencia humana.

Para Pequeño Ragone, el discurso sobre las masculinidades es inherentemente encarnado y contextualizado. Está anclado en la corporalidad, el deseo y las vulnerabilidades de quien lo enuncia. Su propia identidad como varón, atravesado por intereses en la política y la espiritualidad, informa de manera crucial su mirada teórica. Desde esta posición particular, él postula que el análisis de las masculinidades exige un constante y necesario diálogo entre la estructura psíquica y subjetiva individual y la estructura social y política que la rodea.

Esta perspectiva dialógica encuentra sus raíces tanto en su formación antropológica, que tradicionalmente busca comprender la relación entre individuo y cultura, como en su interés personal por desentrañar cómo la sociedad puede funcionar como un "sistema defensivo". Es precisamente su propia subjetividad, particularmente su subjetividad sexo afectiva, la que considera fundamental no solo para explicar lo subjetivo en general, sino también como fuente de resistencia y punto de partida para la elaboración teórica. A su entender, la riqueza analítica reside en esta capacidad de transitar y conectar fluidamente entre lo "subjetivo, psíquico, intrapsíquico" y lo "social, político, político-partidario, sociológico", a diferencia de enfoques que compartimentan estos campos.

La inseparabilidad de las dimensiones íntima y social constituye el eje vertebrador de su propuesta, sirviendo como pregunta guía para explorar la compleja identidad de "¿quiénes son los varones en un contexto latinoamericano?". Esta identidad se entiende simultáneamente en su manifestación íntima y subjetiva, y en su dimensión política, nacional y latinoamericana. La invitación a quienes participan de su abordaje es clara: estar atentos a este tránsito y desarrollar la habilidad de hablar de forma concurrente en estas dos esferas aparentemente distintas pero interconectadas.

Los ejemplos históricos y contemporáneos ilustran vívidamente esta conexión. Al analizar la obra de Sarmiento, se observa cómo características que él atribuye a los varones –como el manejo de la violencia o la racionalidad–, inicialmente presentadas como rasgos individuales ("bárbaros" o "civilizados"), se proyectan y consolidan en la cultura, la política y la identidad nacional. De igual manera, la irrupción del neoliberalismo es entendida por Pequeña Ragone a través de la lente de las "masculinidades neoliberales", producidas por un dispositivo que fomenta el individualismo exacerbado y la noción de un sujeto omnipotente a nivel individual/subjetivo. Este fenómeno íntimo está intrínsecamente ligado al dispositivo social y político del neoliberalismo, cuya lógica anula la comunidad y socava la posibilidad de resistencia colectiva.

En síntesis, la visión de Fernando Pequeño Ragone sobre las masculinidades ofrece un enfoque potente y matizado. Rechaza la simplificación para proponer una comprensión que se nutre del constante diálogo e integración entre las experiencias íntimas, las emociones, la subjetividad individual y las vastas estructuras de poder, los sistemas políticos y los contextos sociales y culturales que dan forma a esas experiencias. Esta perspectiva holística no solo enriquece la capacidad de analizar cómo se constituyen las masculinidades en su complejidad, sino que también abre caminos cruciales para identificar focos de resistencia y vislumbrar posibilidades de transformación social y personal. La masculinidad, en esta lectura, es un campo de fuerzas donde lo más personal es siempre, intrínsecamente, político.