Este material es una síntesis organizada a partir de notas
de clase de la segunda unidad del tercero de tres módulos que
integran la Diplomatura en Masculinidades 2025, titulada "Intervenciones
en Violencias basada en Género". La Diplomatura es dictada por
Gabriela Córdoba y Darío Casals en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
La segunda unidad del Módulo 3, "Intervenciones en
Violencias basada en Género", dictada por Gabriela Córdoba y Darío
Casals en la Diplomatura en Masculinidades 2025 de la UNT, se centró en
establecer las "bases comunes de las estrategias de intervención"
para programas de atención a Hombres que Ejercen Violencia (HEV). El objetivo
primordial de la clase fue que los participantes comprendieran "por qué
lo hacemos y desde dónde lo hacemos", articulando los fundamentos
teóricos con los metodológicos. La unidad se propuso ir más allá de los
modelos punitivos, buscando un enfoque transformador que produzca
cambios genuinos mediante el reconocimiento y la responsabilidad. Para
ello, se abordó la relevancia del Modelo Ecológico y, como concepto
central para el diagnóstico e intervención, la violencia simbólica,
definida como aquella que "legitima jerarquías y desigualdades"
y que pasa inadvertida para los involucrados.
I. Hacia un Enfoque de Intervención Transformadora (Gabriela Córdoba)
La clase enfatizó la necesidad de superar los modelos
punitivos o meramente correctivos. Históricamente, las intervenciones se han
centrado en la sanción penal, pero "el castigo por sí solo no
modificaba los patrones de comportamiento de los varones ni prevenía futuras
violencias".
Proposiciones Centrales del Enfoque Transformador:
- Responsabilidad
Subjetiva: El desafío es pasar de la denuncia del privilegio a la "construcción
de la responsabilidad" en los varones. Si se reduce al varón a la
categoría de "monstruo" o "victimario", se "cierra
la puerta a cualquier posibilidad de cambio".
- Articulación
Ética: El camino transformador debe articular la "firmeza en
los límites" con una "ética relacional que promueva la
reparación y la responsabilidad". La intervención es
inherentemente "política y ética".
- Crítica
al "Bajar Línea": Los facilitadores que solo se enfocan en
lo normativo ("bajan línea") sin buscar la implicación
emocional del varón, no producen cambios porque el sujeto "no se
ha implicado".
II. Fundamentos Teóricos: Modelos de Intervención (Darío Casals)
Darío Casals presentó los fundamentos teóricos más
importantes para la intervención.
1. Modelo Ecológico (Visión Sistémica)
Este modelo es clave porque concibe la violencia como un
fenómeno multicausal y sistémico, y no como un "accidente
individual". Obliga a situar al varón en una red de influencias
interdependientes. Considera cuatro niveles de influencia:
- Nivel
Individual: Historia de maltrato, consumo de sustancias, gestión de
impulsos y la internalización de la creencia de que los hombres deben
controlar y dominar.
- Nivel
Relacional/Familiar: Dinámicas inmediatas donde se reproduce el poder
de género (ej., celos y dependencia).
- Nivel
Comunitario: Entornos (escuela, trabajo) que legitiman la desigualdad
a través de omisiones y complicidad estructural.
- Nivel
Social/Estructural (Macrosocial): Factores como el patriarcado, la
pobreza y las políticas neoliberales que sostienen la violencia.
2. Modelo con Perspectiva de Género
Este enfoque es fundamental para desmontar la creencia de
que la violencia es biológica (testosterona, mal carácter) y reconocer que es
una "práctica cultural" posicionada sobre los hombres.
- Los
Tres Pilares Estructurales: La violencia se sostiene en el trabajo
como eje identitario (su pérdida desestabiliza al varón y puede
llevarlo a ejercer control hacia la pareja), la socialización de género
infantil (aprendizaje de que la fuerza afirma la identidad) y las redes
familiares y comunitarias.
- Desigualdad
Persistente: Casals refutó enfáticamente la creencia de que la
igualdad de género ya es un hecho (por tener leyes o votar), declarando: "Estamos
muy lejos de la igualdad de género. Muy lejos".
3. Modelo Cognitivo Conductual (TCC)
Es el modelo más difundido en Argentina. Se enfoca en
modificar pensamientos y conductas violentas (ej., reestructuración
cognitiva, tiempo afuera o retiro avisado). Sin embargo, se critica
por ser "corto" ya que corrige la conducta sin profundizar en
las raíces estructurales de la violencia.
III. El Concepto Central: Violencia Simbólica
Darío Casals introdujo la violencia simbólica como un
concepto clave para la intervención.
- Inconsciencia
y Legitimación: Es un ejercicio de poder que ocurre en un "escenario
naturalizado y de legitimidad" para ambos, el victimario y la
víctima, quienes no son conscientes de estar en una situación
violenta.
- Ausencia
de Intención Consciente: El varón no tiene una "voluntad
consciente de dominio", y la dominación es "sofisticada",
con la víctima convencida de que las intenciones del victimario son
buenas.
- Discurso
Políticamente Correcto: Este tipo de violencia es "amortiguada,
disfrazada, maquillada" y presentada a través de un "discurso
políticamente correcto". Un ejemplo es cuando la mujer deja su
desarrollo profesional por un acuerdo familiar, reforzando el "orden
natural de las cosas".
IV. Desmontando el Privilegio y los Costos de Ser Varón (Gabriela Córdoba)
Gabriela Córdoba complejizó la noción de privilegio,
argumentando que centrarse solo en la renuncia a los beneficios masculinos es reduccionista
y genera resistencias.
- Las
Desventajas: Es necesario visibilizar los costos asociados a ser
varón, como el empobrecimiento afectivo, relacional y subjetivo,
la coraza emocional que tapa lo que duele, y el sentimiento de
estar "atrapado en una identidad que ya no les sirve".
- La
Ética del Cuidado: El enfoque de la ética del cuidado (Carol
Gilligan) busca que el varón tome conciencia de que su violencia ha
generado la "ruptura de un lazo humano". La reparación
debe ser una "respuesta ética al sufrimiento causado".
V. Herramientas Prácticas para la Responsabilización (Gabriela Córdoba)
La intervención transformadora se materializa mediante
herramientas que promueven la conciencia del daño concreto:
- El
Mapa del Impacto: El varón dibuja su entorno familiar y social y "colorea"
los lugares donde su conducta violenta impactó negativamente. Este
ejercicio introduce la dimensión y la magnitud del daño. El
objetivo es que el varón piense "qué estrategias reemplazarían de
esas violencias para tener prácticas de cuidado".
- La
Carta de Reparación: Ejercicio simbólico y no entregable. El
varón debe describir un acto de violencia específico, reflexionar sobre su
proceso subjetivo, el impacto en la víctima y ofrecer "compromisos
concretos de cambio".
VI. Rigor Metodológico y Crítica a la Reproducción de Estereotipos
En la discusión sobre un video de intervención, los
participantes realizaron una crítica profunda a los riesgos de una mala
metodología.
- Violencia
de Autoridad y Cosificación: Se criticó la violencia de autoridad
ejercida por el adulto al direccionar la conducta de los niños, y la cosificación
y sexualización de la niña, quien aparece como un "objeto
de experimento".
- Refuerzo
de Estereotipos: La justificación dada por los niños ("No la
puedo golpear porque es una niña") fue señalada como problemática, ya
que frena la violencia solo contra las mujeres, pero no la
violencia en sí misma. El consenso fue que "en realidad no se le
tiene que pegar a nadie". Este enfoque reproduce el estereotipo
de la niña como frágil y del varón como protector. El video, aunque
bienintencionado, puede utilizarse con adultos únicamente para "demostrar
cómo una buena intención puede naufragar o una mala metodología".
Conclusión
La segunda unidad proporcionó una hoja de ruta esencialmente
"política y ética" para la intervención con HEV, rechazando la
noción de que el castigo "por sí solo no modificaba los patrones de
comportamiento". Darío Casals revisó los fundamentos teóricos,
destacando el Modelo Ecológico por concebir la violencia como multicausal
y sistémica, situando al varón en una "red de influencias
interdependientes" que abarcan lo individual, relacional, comunitario
y macrosocial (patriarcado y políticas neoliberales). Casals también enfatizó
que la violencia es una "práctica cultural" y no biológica,
sustentada en la socialización de género y la ligazón del trabajo
como "eje articulador" de la identidad masculina.
Centralmente, se introdujo la violencia simbólica,
definida como el ejercicio de poder que ocurre en un escenario "naturalizado
y de legitimidad" para ambos miembros, caracterizado por la "ausencia
de la intencionalidad consciente de dominar". Esta dominación es "amortiguada,
disfrazada, maquillada" y presentada con un "discurso
políticamente correcto".
Gabriela Córdoba delineó la "intervención
transformadora" como el punto de llegada, la cual debe articular la "firmeza
en los límites" con una "ética relacional que promueva la
reparación y la responsabilidad". El enfoque transformador exige que
el varón asuma la "responsabilidad plena por los propios actos",
superando la crítica a los enfoques meramente cognitivos, los cuales "se
queda[n] como si fuese una conducta únicamente de ese varón". Además,
Córdoba advirtió que los facilitadores que solo "bajan línea"
no producen cambios porque el sujeto "no se ha implicado"
emocionalmente.
Para lograr esta implicación genuina, la unidad propuso
herramientas concretas. El "Mapa del Impacto" permite al varón
visualizar la "dimensión y magnitud" del daño en su entorno
social y familiar, promoviendo la "responsabilidad en una cuestión
concreta". El objetivo final es que el varón piense "qué
estrategias reemplazarían de esas violencias para tener prácticas de
cuidado". Por último, la "Carta de Reparación" (que
es "no entregable") fomenta la reflexión sobre el proceso
subjetivo del varón y el "compromiso genuino" para "reconstruir
algo que se rompió". Este enfoque integral se sostiene en una ética
que visibiliza tanto los privilegios como el "empobrecimiento
afectivo" de los varones, buscando la "transformación del
sujeto" y no una mera "adaptación superficial" a las
expectativas del programa.
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