Curso de autogestión de GESTAR instituto de formación del Partido Justicialista Nacional, mi participación en foro de discusión
Adelanto el ejercicio de una primera síntesis
sobre la inestabilidad de los partidos polítios brasileros, a partir de la
lectura del texto propuesto por el Lic. Bontempo. Recorto aqui lo referido a
los primeros cien años (redondeando) de existencia del Estado brasilero, a
saber: el imperio y la vieja república que culmina hacia 1930; focalizo la
dificultad de una política partidaria sustenible en el tiempo a tres
factores:
-
la extensión del territorio, lo que
produce una cultura y un sistema de producciòn ligado a la tierra con escasa
representaciòn de valores asociados a una burguesía urbana, que toma forma solo
a partir de principios del siglo xx.
- la centralización del poder en un presidetne que se
nutre del apoyo de los goberandores y viceversa a partir de
alianzas oligárquicas construidadas sobre la defensa de los territorios
regionales por fuerza de las armas tanto como por estrategias burocráticas de
impedimentos de la expresión del pueblo comprometidas por el presidente para
mantener el poder central.
-
la gran injerencia de los militares organizados en
dos grandes facciones de corte centralista y de corte federal aunque igual de
conservadoras.
Tanto
la categorización de Ansaldi de 1995 -sobre la disperción de las facciones
políticas sobre el territorio y la verticalidad del poder político-; como la de
Chauí de 1984, -en base al tipo o relacional de los liderazgos con las
representaciones sociales que operan en el pueblo (clientelares, poulistas,
vanguardistas)-; dan cuenta de formas organizacionales que apenas podrian
llamarse "partidos", con características casi monárquicas de
existencias burocratizadas y encriptadas al interior de los espacios de poder
parlamentario, distanciados del pueblo. Se trata de una cultura política de los
primeros cien años donde hay expesiones mas consrvadoras centralistas o mas
liberales federalistas sin dejar de mencionar las expresiones totalitarias militares,
pero siempre alejadas del pueblo.
Si
provisoriamente lo contraponemos con la historia política del peronismo en
Argentina sustentado sobre la participación de las masas y su existencia
sostenida durante casi un siglo (1943 - 2020); puedo
proponer que un Partido no se sostiene cuando se construye de
"arriba" hacia "abajo", sigiendo a Ansaldi, sin
particpación real de la gente.
Imágen: Pedro II, emperador de Brasil,
durante 50 años. Asume a los 15 años de edad. Me impresionó la estabilidad de
la monraquía en comparación con la inestabilidad política de la vieja
república.
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domingo, 12 de julio de 2020
A continuación el análisis sobre los siguientes cien años posteriores a la "vieja república".
Para considerar la dinámica del poder político y su plasmación en los partidos políticos brasileros desde la década del 30 hasta la actualidad, podríamos redondear una segundo centenario. El primero para ubicar al imperio y la vieja república, sobre lo cual ya me expresé en mi primera intervención.
Me inspira separar este ultimo siglo en tres tercios. El primero con la "política de masas", el segundo con los veinte años de gobierno militares y el tercero con la "nueva república" desde el 85 hasta nuestros días.
Si en el primer siglo vi la inestabilidad de los partidos en la causa de la gravitación de las oligarquías regionales en la escasa participación política expresada en la formación de partidos de arriba hacia abajo, y la debilidad de un poder federal que va conformándose; en este segundo siglo veo ya el poder federal conformado, y un proceso pendular entre intereses oligárquicos ya fuertemente burocratizados e intereses de clases medias urbanas que se expresan en cantidad de nuevos partidos, del cual retengo el Partido de los Trabajadores (PT).
A ese movimiento pendular del poder, al cual atribuyo la inestabilidad del sistema de partidos políticos, agrego la estrategia del lawfare para mostrar como populares, intereses oligárquicos; fabricando una nueva herramienta judicial (sumada a la muerte y la violencia tradicionales) en el uso de la exposición de la corrupción (fabricada "a medida") para el descredito de las políticas populares.
Hubo un hecho con el que un presidente impidió la toma del poder por parte de los militares y sectores oligárquicos en el Brasil de la década del 30. Me impresionó el suicido de Gertulio Vargas y la manera en que algunos medios lo presentaron: "pasar de la vida a la historia" para marcar positivamente ese acto, observado desde los intereses de la democracia y el pueblo. El revólver con el que lo hizo e una pieza de colección en un museo en honor a la democracia (). No puedo dejar de compararlo con el renunciamiento de Evita, con la desafortunada muerte de Néstor, con el renunciamiento de CFK -si me permiten verlo de este modo-; para poner un contrapunto más entre los procesos populares en Brasil y el Peronismo; a ese propuesto por nuestra tutora Candelaria Carreño cuando piensa en el contacto con los trabajadores y el intento de creación de la ABC como alianza económica desarrollista. Me surge como línea de análisis "la idea sacrificial". Me quedo pensando como opera el sacrificio y el imaginario de las religiones cristianas a favor de la construcción de liderazgos carismáticos a favor de los movimientos y luchas populares que decantan en partidos populares como el PT y el Peronismo, y luego son subsumidos pendularmente por las derechas oligárquicas devastadoras.
Estoy de acuerdo en la tesis de la inestabilidad, con mi compañera Gabriela García cuando rescata las dos tipologías de partidos presentadas por el docente cuando parece evidenciar que la dificultad está en la creación autoritaria de arriba hacia abajo las escasa organicidad de los partidos más populistas y vanguardistas.
También coincido con Rocio Bazan cuando expresa la existencia de núcleo oligárquicos que se reconfiguran a través del tiempo a los que ve como "vieja política". Y los imagina en tensión con una clase trabajadora que también se reconfigura.
En diálogo con mi compañero Braian Maldonado, no creo que la inestabilidad tenga solo que ver con la falta de Liderazgos, y la escaza democratización. Porque la democracia por si sola como sistema participativo no me asegura un rumbo popular. Digo, porque crecí con la idea que la democracia es buena y lo militar o totalitario es malo. Y aprendí que a veces no nos permite explicar la dinámica de los procesos sociales en que se configura el poder político. Vivo en una provincia (Salta) donde el peronismo ha fabricado oposiciones a medida y se movió pendularmente entre posiciones mas neoliberales y mas oligárquicas.
Mmmm…. Y bueno compañerxs. Con
esto que aprendí a cerca de doscientos años de vida política brasilera;
me quedo con las ganas y la esperanza alguna vez, de un Lula en Salta.
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