martes, 8 de abril de 2025

Jacobo Regen: un retrato íntimo a través de la narración de David Slodky

En el marco del Abril Cultural Salteño, el Colegio de Escribanos de Salta fue el escenario de un encuentro memorable. David, acompañado de su hijo Iván, nos transportó a través del tiempo en el patio recuperado de una antigua casona, cuyas paredes inmaculadas resonaban con la historia. Bajo la luz blanca y moderna, las palabras de David sobre Jacobo tejieron un puente hacia la "Salta de antes", aquella evocada con nostalgia por las abuelas y no tan abuelas presentes. Con un dejo de distinción que marcaba su pertenencia a la pequeña Salta de mediados del siglo XX, el público se sumergió en la atmósfera de una época dorada. David, al compartir su propia vivencia y la de Jacobo, hizo presente la memoria de una generación de poetas que moldearon la identidad cultural salteña, convirtiendo esas horas compartidas en un acto conmemorativo de nuestras raíces.

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A través de la evocadora narración de David Slodky, emerge una semblanza íntima y admirativa del poeta salteño Jacobo Regen. Slodky nos introduce a Regen no solo como un escritor de profunda sensibilidad, sino como una figura arraigada a un paisaje y una historia particular, marcada por la influencia familiar y los encuentros significativos.

Slodky inicia su relato contextualizando el encuentro que propició estas reflexiones sobre Regen, mencionando una conversación con Roberto Salvatierra sobre la presentación de la obra del poeta. Desde el principio, se percibe la intención de Slodky de ofrecer una visión multifacética de Regen, abarcando tanto su poesía como la impactante Carta De Los Colonos Judíos del Chaco, donde su padre fue maestro. Esta conexión familiar y la mención de la escritura en ídish, traducida al romance antes del nacismo, enfocan la rica herencia cultural que permeó la vida y obra de Regen.

La descripción física de Jacobo, tal como la recuerda Slodky, lo presenta como alguien cuya presencia trasciende lo puramente terrenal: "Jacobo físicamente está con nosotros, [ ] en Salta hay un ángel que se desliza por sus calles, que está casi siempre de sus noches". Esta imagen angelical, recurrente a lo largo de la exposición de Slodky, se convierte en un leitmotiv para comprender la esencia del poeta. Slodky cita la opinión de muchos que consideran a Regen la "poesía más representativa de su generación en el país".

Slodky establece un vínculo entre la poesía de Regen y la reflexión de Franz Kafka sobre la dificultad de vivir y la capacidad del artista para encontrar belleza incluso en las ruinas. Esta analogía sugiere la profundidad y la capacidad de Regen para trascender el dolor a través de su arte. La irrupción de Jacobo Regen en el panorama poético salteño es destacada a través de la opinión de Raúl Aráoz Anzoátegui en 1963, quien vislumbró en Regen una "extraordinaria lucidez" y lo describió como "el más desacido de la felicidad visible, el más personal y puro, el que mueve con más justeza las palabras". Estas palabras tempranas ya anunciaban la singularidad de la voz poética de Regen.

La publicación de su plaqueta "Seis poemas", que contenía siete, y su primer libro, "Canción del Ángel", marcan hitos importantes en su trayectoria. Slodky menciona el reconocimiento temprano, como el del jurado Antonio Requeni en Tucumán en 1965, quien calificó los poemas de "Canción del Ángel" como reveladores de "uno de los temperamentos más originales y poderosamente líricos de la actual poesía salteña". Este respaldo de figuras literarias consagradas subraya la calidad y el impacto inicial de la obra de Regen. Posteriormente, en 1971, "El Escudo" publicó palabras elogiosas sobre su obra, destacando su voz "sin parentes de literarios y levantada con grande y atmosférico acontecimiento en este pueblo de geografía".

Slodky profundiza en las características distintivas de la poesía de Regen, citando a Carlos Di Pasquale, quien veía en su obra la llave para penetrar en los fundamentos de su ser. Esta interpenetración de vida y poesía es un aspecto central que Slodky explora. Él mismo realizó un homenaje radial a Regen, descubriendo la adolescencia y juventud del poeta a través de su primer libro, lo cual fue recibido con agrado por el propio Regen. La anécdota de la escultura "El poeta" de Roberto Mayashi en la casa de Regen refuerza la idea de que la poesía era la esencia de su ser.

La figura materna, Clara Spal, emerge como una influencia crucial en la formación poética de Jacobo. Slodky se pregunta sobre el origen de este poeta en Salta y encuentra la respuesta en su madre, una gran lectora de poesía alemana y de otras lenguas, que introdujo a su hijo a textos fundamentales. El apellido de la madre, Spal ("brecha" en alemán), es interpretado por Slodky como la vía por donde la "bendita lluvia" de la poesía llegó al espíritu de Jacobo, mientras que Regen ("lluvia" en alemán) complementa esta imagen. La madre no solo leía, sino que también traducía y compartía con su hijo textos inmortales de la literatura, fomentando en él un profundo amor por la poesía. La descripción de Clara cantando melodiosamente canciones con letras de Schiller, Goethe y otros autores, acompañada por su esposo Samuel en la mandolina, pinta un cuadro de un hogar imbuido de arte y sensibilidad. La profunda conexión entre Jacobo y su madre se revela en el poema que escribió tras su muerte, considerado por Slodky como "uno de los grandes poemas de la literatura hispanoamericana".

El paisaje de Campo Quijano también se presenta como un factor fundamental en la formación de Regen. Este "recóndito lugar del mundo" no solo ofrecía una belleza natural, sino también un paisaje humano particular, marcado por la presencia de la familia de artistas Dávalos y otras figuras singulares. La relación de Regen con don Juan Carlos Dávalos, el patriarca de esta familia, fue especialmente significativa, llena de anécdotas y enseñanzas poéticas y vitales. Slodky destaca la "casi devoción" que Regen sentía por Dávalos.

Las primeras incursiones poéticas de Regen se dieron en su casa en Salta, impulsadas por su madre, don Juan Carlos y profesores como Jorge Wálter Méndez. Las visitas a la casa de Dávalos, junto a otros jóvenes interesados en la poesía, son recordadas como momentos importantes en su desarrollo.

Slodky reflexiona sobre la cualidad conmovedora de la poesía de Regen, tanto para grandes poetas como para lectores con poca familiaridad con la literatura. Menciona haber encontrado comentarios de lectores anónimos en internet que expresan una profunda conexión con sus poemas. A través de estos testimonios, se evidencia la capacidad de la poesía de Regen para resonar en lo más profundo del ser humano, abordando temas universales como el dolor, la soledad, la nostalgia y el amor perdido. Slodky destaca el "trabajo inconmensurable con la palabra" de Regen, su "fe en la palabra" y la "absoluta autenticidad del tallado" de sus versos.

A pesar de la aparente desolación que a veces se percibe en su poesía, Slodky subraya el humor y la sabiduría que emanaban de la persona de Jacobo Regen. Comparte anécdotas que ilustran su humor refinado y su capacidad para sorprender con comentarios ingeniosos, incluso en momentos difíciles. El relato de su encuentro con la policía durante la dictadura y su ingeniosa respuesta demuestran esta faceta de su personalidad.

Slodky también dedica un espacio a mencionar la importancia de Margarita Ferrari en la vida de Regen, describiéndola como una de las mujeres que más amó. La relación entre el poeta y la profesora de literatura francesa es presentada como un vínculo profundo y significativo, incluso en sus últimos años. Se comparten los poemas que ambos se dedicaron mutuamente, revelando la ternura y el amor que compartieron.

Finalmente, Slodky concluye su semblanza leyendo parcialmente el poema "Intemperie final o lumbre", destacando la perdurabilidad de la poesía de Regen. Comparte una anécdota personal sobre su descubrimiento de la poesía de Julio César Sántos, prologado por Regen, y el impacto que tuvo en él, llevándolo a organizar un homenaje. Relata con humor la noche de la presentación del homenaje, la presencia de Regen en estado de ebriedad y su inesperada y maravillosa recitación.

Slodky culmina compartiendo más anécdotas, incluyendo la dedicatoria de un libro de Sántos y recuerdos de encuentros con Regen, Margarita Ferrari y el pintor José Pipo Ferrari. Menciona la profunda conexión que él mismo tuvo con la poesía de Regen desde temprana edad, citando cómo algunos de sus poemas influyeron en sus propios escritos juveniles. La mención de la energía dedicada a la memoria de José Pipo Ferrari y la lectura de un poema dedicado a él resaltan la red de afectos y admiración que rodeaba a Jacobo Regen.

En su conjunto, la narración de David Slodky construye un retrato vívido y entrañable de Jacobo Regen, un poeta profundamente arraigado a su tierra, marcado por la influencia de su familia y sus afectos, poseedor de una voz poética única y conmovedora, y dotado de un humor inesperado y una sabiduría profunda. Su legado perdura en sus versos, que continúan resonando en aquellos que se acercan a su obra.

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