Contenido:
1.- Los años del sida y la
cha. Una comunidad de varones gays en la reapertura democrática. 1983 – 2.- Las
marchas del orgullo en Bs As como herramienta de denuncia inicialmente y como
expresión política más tardíamente. 1993. 3.- El empoderamiento de las
compañeras trans en la primera década del XXI. 2003 – 4.- Momento hegemónico
del movimiento. La intersección de los feminismos y la identidad trans. La
síntesis en la política estatal. Leyes de género y matrimonio igualitario. El
plan de ciudadanía de la falgbti. 2013 – 5.- ¿Cuáles ciudadanías de la
diversidad sexo - afectiva se han consolidado? La dificultad del compromiso, la
individualidad consumista y la despolitización como rasgos emergentes del
proceso de inclusión. ¿el futuro: igualdad ó diferencia? 2023.
Nota: el presente artículo fue base para el co dictado de un taller desarrollado por Asociación Trébol en Campo Santo. Ver De la discriminación a la despolitización: sintetizando la construcción política de la comunidad LGBTIQ+ para re pensar políticas públicas de salud en torno a las ets y el hiv - sida en Salta.
Marcha del Orgullo, Plaza 9 de Julio, Salta. |
Es objetivo de estas líneas presentar una línea temporal de cuarenta años abordado la construcción de derechos de ciudadanía sexual por parte de la comunidad LGBTIG+ a la que también llamamos de la diversidad sexo afectiva. Lo haremos desde una perspectiva histórica y social con un registro territorial a escala del Estado Nación. Se espera hacer reflexionar sobre el proceso histórico por el que se construyen cuerpos y comunidades específicas, que devinieron actores políticos con movimientos capaces de imponer sentidos culturales precisos frente a la Nación. Y que serán especialmente enfocados en un taller en el que se abordará la salud sexual y reproductiva tanto como las ets y el hiv – sida.
En reiteradas oportunidades entre los concurrentes a
actividades ligadas a grupos minoritarios y diferentes, surge la interrogante
sobre si mirar la igualdad que los liga a la comunidad o la diferencia que les
confiere un rasgo político, el que los fortalecería o los vulneraría, de
acuerdo con visiones que confluyen en estos espacios. Vamos a asumir
provisoriamente que se trata de una tensión dialéctica.
Vamos a hacer un recorte y rápida esquematización de
cuarenta años de historia de construcción
política de la comunidad LGBT. Se podría denominarla comunidad de la diversidad sexo afectiva del mismo modo.
Para echar luz sobre nuestra posición a cerca que ninguna
identidad va desligada del aspecto del amor, como un mecanismo que
aceita el compromiso. Y que la capacidad de comprometerse es la condición
necesaria también, para darle identidad a otro
u otra que está enfrente.
Recortamos cuatro décadas que transcurren de 1983 a 1993, de
1993 a 2003, de 2003 a 2013 y de 2013 a 2023. El proceso de la reapertura
democrática corrió con la instalación de un modelo económico concomitante con
un dispositivo al que llamamos neoliberalismo. Un dispositivo que construyó las
subjetividades de las personas de la comunidad nacional. Proceso que abarca
todos los grupos de la sociedad.
Intentamos responder la pregunta a cerca que cómo es la
sociedad en esas décadas que hemos recortado. Una comunidad que es la receptora y la constructora de derechos de
ciudadanía, con cuerpos que hablan de procesos sociales donde surge la
epidemia del hiv – sida hacia mediados de los ’80, la que será asimilada
culturalmente y desmitificada recién diez años después.
Hacia 1983 se va saliendo de lo que fue la dictadura y se
avanza en la reapertura democrática. La sociedad construye derechos, que son
leídos en un cuerpo, un cuerpo físico que es la caja de resonancia en la que se
expresan la salud y las problemáticas de cada época. Se trata de una larga
lucha para que las y los ciudadanos tengan más derechos. Cuando se sale de la
dictadura, lo que hoy llamamos comunidad de la diversidad, estaba básicamente
constituida por varones gays, porque las mujeres trans no tenían visibilidad y
eran poco consideradas. Todavía en esos años se consideraban patologías a
cualquiera de las diversidades del deseo sexual. En la dictadura no existía la
noción de derechos de las mujeres.
En los 80 la vida pública era básicamente de los varones.
Tal es así que son varones gays los que salen a luchar por los derechos en los
momentos iniciales del hiv con las instituciones dictatoriales fuertes todavía
aunque ya en un proceso democrático. Empiezan a organizarse lugares de
encuentro y esparcimiento para la comunidad. Las políticas de disciplinamiento
y control sobre los diferentes eran muy duras porque todavía se les consideraba
una enfermedad y había todo un dispositivo que llevaba a la propia policía,
jueces y médicos, a una discriminación muy dura. Era una época de mucho
sufrimiento por la discriminación.
Diez años después hacia 1993 se organiza la Primera Marcha
del Orgullo Gay en Capital Federal. Desde entonces el vector político más visible del proceso de construcción de derechos
de la comunidad.
En Salta las Marchas del Orgullo comienzan en 2003, diez
años después que en Bs. As. Y en los municipios, mucho más tarde hacia 2015 y
2020. La evolución de las marchas marca de varias maneras la evolución de los
derechos y de la visibilidad de la comunidad lgbtiq+.
La comunidad trans empezó a empoderarse por aquellos años en
que iniciaban las marchas. La corporalidad de
las mujeres, y más tardíamente de los
varones trans tiene un gran potencial
político por su visibilidad. En Argentina es inédito lo que lograron,
comparable a la construcción de la figura de los desaparecidos en la dictadura
militar por razones políticas. Fue en esa década
del 93 al 2003 que las mujeres trans se
aliaron con las feministas que estaban en las universidades lo que desemboco en un momento hegemónico
durante la próxima década con la sanción de leyes sustantivas para la
continuidad de las luchas. Un momento hegemónico
que consiguió cambiar y crear en Latinoamérica códigos
culturales y leyes que hicieron posible nuevas formas de concebir y de vivir
las diversidades sexo afectivas.
Hacia 2003 en la primera década del siglo XXI se va
configurando la alianza entre los movimientos de mujeres y lo de la comunidad
trans. Alianza que en los primeros años no estuvo exenta de desavenencias y
discriminación por parte de muchos grupos de mujeres que entendían que las
trans no podían ser parte de los Encuentros Nacionales de Mujeres. Sin embargo
durante la década se abrió la posibilidad de articulación de las luchas de
ambos campos, el de las mujeres y de las trans, y el de las luchas culturales
con el de las luchas jurídicas. A fines de la década se sancionan la ley de
Matrimonio Igualitario y dos años después la de Identidad de Género.
Hacia 2013, en la segunda década del XXI entonces, a treinta años de la reapertura democrática del 83; esas dos leyes que se lograron sancionar a partir de la lucha de una comunidad que se organizó y devino en sujetos políticos expresa un momento de hegemonía. Son los años en que la Federación Argentina de Gays, Lesbianas, Travestis y Transexuales producen el documento fundacional que a su vez sintetiza la visión política lúcida de los dirigentes argentinos de la Comunidad: El Plan de Ciudadanía LGBTI.
Hacia 2023 y para los próximos años, interesa evaluar en la construcción política; sobre cuáles subjetividades se produjo este momento hegemónico; a partir de la premisa que el actual reconocimiento de derechos logrado por la comunidad conlleva a su vez una despolitización entre los jóvenes LGBTI principalmente, pero en gran medida también entre quienes habían estado activos en las décadas de la reapertura democrática. Resulta dificultoso desde el presente imaginar lo que era vivir en el contexto de discriminación de la década del 80. En la televisión nacional se produjo una serie ficcionada [1] que da cuenta del clima social de la reapertura democrática en donde se entremezclan las instituciones vigorosas todavía de la dictadura militar setentista, con el advenimiento de los varones de la Comunidad Homosexual Argentina que comienzan a luchar por los derechos en el contexto del comienzo de la epidemia del VIH – SIDA. Se puede consultar entre otros documentos producidos en la época, a manera de poder ilustrarse sobre la vida de la comunidad LGBT en la década del 80.
Sin embargo, mientras la discriminación fue disminuyendo y constituyéndose un cuerpo de derechos y cambios culturales hacia la emancipación, otro dispositivo se instala de la mano del modelo de economía que la dictadura logra instalar: el neoliberalismo. Un dispositivo de control social que genera subjetividades, identificaciones y formas de estar en el mundo que atravesó por igual a toda la comunidad y la sociedad en general. “Dispositivo” alude a procesos que se internalizan en las estructuras mentales con las que se percibe y explica el mundo en que se existe y que por tanto las vuelven opacas a los análisis reflexivos sobre la vida que se vive.
Hacia el 2030, la consigna principal para las políticas de
la diversidad sexo afectiva pareciera ser que es pensar sobre cuáles cuerpos, sobre cuáles deseos y sobre cuáles subjetividades;
se continúan construyendo derechos en gran medida consagrados pero necesarios
de ser cuidados y militados: la salud y la enfermedad, la construcción del
derecho, el goce del ambiente, entre tantos. Una pregunta que supera ampliamente
las fronteras identitarias de la comunidad LGBT. Enfoca a la sociedad toda, atravesada por el dispositivo neoliberal que perfila
las estructuras mentales de las, les, y los ciudadanos y dirigentes sociales y
políticos de la actualidad.
Tener el celular más caro, pensar en sí mismo sin empatía
con los demás, la salvación individual y el desconocimiento de los próximos, la
necesidad de consumo de cosas que no se necesitan verdaderamente, son características
de todas las personas en la vida hoy día. Se podrá modificar o no, quien sabe,
porque no se puede hacer futurología. Sin embargo, si se puede afirmar la
premisa de la necesidad de re politizar los movimientos todos, incluidos los de
la diversidad sexual afectiva. No en el sentido de la política partidaria y la
lucha por el voto (lo cual aplica para grupos pequeños y con habilidades y posibilidades
concretas) sino en el sentido más amplio de re politizar la forma de vivir y
preguntarse por los procesos donde se está inserto como parte de una comunidad,
de tomar conciencia y volverse siempre y cada vez más, reflexivos de la vida comunitaria
y de las interdependencias, ya que nadie puede vivir aislado, ni las soluciones
individuales devienen de luchas particulares. Se trata de pensar la manera de
pararse frente al escuchar. Todos hablan, pero muy pocos escuchan.
Vivimos en sociedades con gran necesidad de hablar, hablar,
hablar; sin darle entidad a quienes pueden escuchar. El acto cotidiano de
publicar una idea, sentimiento o acción realizada en las redes sociales sin interesarse
por el retorno, por la escucha o por los interlocutores a quienes interesa llegar;
ilustra en gran parte el problema comunicacional del hablar sin ser escuchado y
la ilusión de establecer conexiones reales con capacidad de producir cambios en
las relaciones sociales.
[1] Ver Argentina, tierra de amor y venganza - Segunda
temporada. Dicen los productores: …”La historia transcurre después del
regreso a la democracia en Argentina. Buenos Aires está convulsionada por los
nuevos aires de cambio que surgieron después de la última dictadura y el
regreso de quienes tuvieron que exiliarse. La ciudad es el epicentro del
encuentro de los descendientes de las familias Moretti (Aldo Moretti y la
Polaca) y Salvat (Bruno Salvat y Lucia Morel), quienes habían protagonizado la
primera temporada de ATAV. Pero a pesar de los cambios que la sociedad está
viviendo, nada será fácil para los personajes de la historia, que deberán
luchar por el amor, la búsqueda de la verdad, la dignidad, sus derechos y por
justicia; atravesando un camino lleno de obstáculos, traiciones, desilusiones,
venganza, odios, pasiones y amores, en un país que avanza hacia la libertad,
pero aún con mucha oscuridad por transitar”.
https://youtube.com/playlist?list=PLvnPUGRbD9pWHptqrgzoMpiCBMj2NgGRF&si=x6kSz_4PEM1WQcHL
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