Propuestas de trabajo en
“masculinidades” con perspectiva de género
Construcción de diagnósticos para
políticas públicas y agendas en común entre actores
Por Fernando Pequeño Ragone
Presidente Asoc Miguel Ragone, Salta
Setiembre 2020.
Destinatario: Consejo Económico de Salta
(CES)
Existen fechas claves y situaciones límites en la memoria de
una comunidad que se transforman en herramientas para convertir un problema comunitario
en agenda de políticas públicas. En torno al género, una de esas fechas es el
28 de agosto de 2004 cuando ocurre el asesinato conocido como el caso Yapura -
Alderete del cual la única sobreviviente es una joven que hoy tiene alrededor
de 20 años y que escapó el día que su papá asesinó a su madre y a sus hermanos.
Desde entonces hace ya 16 años el estado salteño y por entonces más concretamente
el Poder Judicial, avanzó sobre el desarrollo de políticas públicas en torno a
la violencia de género. Sin embargo, a la fecha la violencia de género y los
femicidios no cesan y durante la pandemia pareciera que se multiplicaron.
Durante
la década pasada, las políticas en torno al género tenían como destinataria a
las mujeres, involucrando de una manera puntual a los varones, en un aspecto
específico de su identidad: la violencia que producen; y de esa violencia, la
que producen específicamente sobre las mujeres. Dejaban por fuera del enfoque
público el malestar de los varones como tales, es decir en su condición
de género.
Esas
políticas públicas promovían la igualdad, a partir de miradas de mujeres que
luchaban por sus derechos. Pero acotaban la igualdad en la disminución de la
violencia, los femicidios, la trata de personas. Abordaban el vínculo de
mujeres y varones desde la mirada de las mujeres y sobre los efectos vinculares
para las mujeres. Dejaban fuera a los varones desde un enfoque del género y
como destinatarios de la intervención del Estado, para producir un cambio
cultural en aspectos nocivos de sus formas vinculares centradas en la construcción
de su masculinidad.
Más
recientemente en los últimos cinco años, el Estado comenzó a interesarse por
las masculinidades como efecto de las políticas públicas con foco en las
mujeres y sus conquistas, sobre todo desde una mirada punitiva. Se van implementando
estrategias de intervención sobre “varones violentos” desde organismos
estatales e instituciones de la sociedad civil y comienzan a aparecer técnicos
que intentan desarrollar “especialidades” en el conocimiento. Se puede decir
que va surgiendo un nuevo campo de competencia científica y jurídica centrados en
la violencia que producen los varones. La creación del Ministerio de las
Mujeres, Género y Diversidad en la actual gestión del gobierno nacional marca
un momento hegemónico en la conquista de derechos de las mujeres y el
desarrollo de saberes y actores vinculados a las luchas por la igualdad.
Sin
embargo, queda oculto un aspecto fundamental de la ecuación de construcción de
poder en términos de la igualdad deseada. Y es el malestar de los varones. Se
trata de un malestar específico y constitutivo producto del mismo sistema
patriarcal que las mujeres intentan jaquear y que por algún “oscuro” motivo se reproduce
a si mismo. Ese malestar constitutivo es cultural y ocurre desde la
estructuración subjetiva más temprana en los varones, reforzándose a lo largo
de toda su socialización. En otras palabras, el género de los varones conlleva desde
temprano formas vinculares consigo mismos, con los otros varones y con las
mujeres que es preciso enfocar. Ese enfoque es primario, sobre la causa del
malestar cultural que sostiene conductas agresivas en los varones. Si las
políticas públicas enfocaron hasta ahora las consecuencias del engeneramiento
de los varones en sus violencias, proponemos completarlas iluminando las causas.
Desde nuestra propuesta, se trata de desarrollos desde los ámbitos de la salud,
la salud mental, y del desarrollo de políticas públicas de salud sensibles a
los varones en los procesos de desarrollo del género. Desde una
concepción de Salud es necesario re articular con las visiones de derechos humanos,
el aparato de la Justicia, y la educación con el objeto de la igualdad de oportunidades
para el desarrollo entre mujeres y varones; caracterizado comúnmente como “igualdad
de género” en el discurso de las políticas públicas.
Desde
Asoc Ragone desarrollamos entre 2011 y 2018, diversas estrategias de
intervención sobre un aspecto específico de la masculinidad: su violencia. Este
aspecto aparecía durante la década pasada problematizado en Salta y Argentina
por movimientos sociales, ong’s; y se convirtió en objeto de políticas públicas
sobre todo a partir de 2014 cuando el poder ejecutivo decreta a través de un
DNU la “emergencia de género”.
Las
modalidades de intervención que ejercitamos se centraron en la disminución de
la violencia de los varones sobre las mujeres con un enfoque de prevención, a
partir de los programas de los organismos de financiación y de los ejecutados
desde los organismos del Estado salteño y nacional.
Menciono
algunas:
·
Talleres
para adolescentes en nivel secundario en municipios del interior
·
Capacitaciones
en el nivel terciario
·
Seminarios
·
Disertaciones
·
Jornadas
para funcionarios públicos y legisladores
·
Difusión
en medios radiales, televisivos, gráficos de la provincia, entre otras.
Al
tiempo que desarrollábamos estas estrategias de prevención de la violencia
enfocada en varones jóvenes, las políticas públicas nacionales y salteñas evolucionaron
en una articulación de los movimientos de mujeres con los movimientos de
diversidad sexo – afectiva reconocidos más generalmente como la comunidad LGTBI.
Se trata de una articulación en un nuevo momento hegemónico que desplaza una
vez más al varón heterosexual y su condición de género como sujeto de políticas
públicas, a excepción del desarrollo de mecanismos punitivos disciplinares para
el logro de la igualdad.
Sin
embargo, a casi veinte años del desarrollo de estas políticas y las articulaciones
entre actores que luchan contra el patriarcado, muchos varones continúan matando,
justificando las artistas más nocivas del patriarcado sobre si mismos e
inmersos en un malestar que pareciera cada vez mayor cuanto mayor es la
hegemonía de las políticas del género.
Nuestro
desafío y al que queremos invitarlos desde este Consejo, es pensar maneras de
visibilizar ese malestar de los varones, re configurar articulaciones entre
actores políticos sociales e impulsar el desarrollo de políticas del género que
conciban a los varones desde un lugar distinto al “sujeto sospechoso” y
necesario de ser re convertido y disciplinado para el logro de la igualdad real
de oportunidades de desarrollo entre todos los géneros.
Una
advertencia necesaria, claro. No significa de ninguna manera negar la
espectacular hazaña de un movimiento mundial de mujeres que fue capaz a partir
de sus luchas históricas, de poner sobre el tapete el daño inestimable que el
patriarcado ha producido y produce con la opresión. Y agregamos: no solo de las
mujeres, sino de tantas vidas desechadas y disminuidas por un mecanismo
perverso para sostener un poder que está dañando quizá irreversiblemente la
existencia humana sobre el plantea.
Queremos
en cambio contribuir al desafío político de re articular las luchas necesarias para
la igualdad; y en varias décadas adelante, cuando se analice cierta
direccionalidad siempre difusa en la multiplicidad divergente de la evolución
de las sociedades; se pueda aislar un vector en el que los varones heterosexuales
contribuyeron desde sus propias perspectivas y desarrollo, a la igualdad de
todas, todos y todes.
La
magia de los varones
Propuestas
para la igualdad de oportunidades en el desarrollo de los géneros
¿Pueden los hombres ser concebidos
como algo más que “sospechosos”
por sus privilegios heredados?
Todos
los varones, como la luna, tienen un lado que nunca es iluminado por el sol. En
esa cara radica una forma de poder tan desconocido como deseado y combatido. Iluminemos
el lado oscuro de la luna, para poner ese poder a disposición de todos los
géneros. Y emancipar a los varones de su malestar en la cultura.
Completar
y complejizar políticas públicas de cualquier índole, requiere un diagnóstico a
partir de esquemas teóricos claros, concurrentes con estrategias metodológicas acordes;
concibiendo instrumentos específicos para el posterior desarrollo de tácticas
de intervención social. Ese diagnóstico
que involucre una mirada novedosa sobre los varones es lo que proponemos desde
este Consejo a todas las instituciones miembro.
De
las escuchas en los espacios de intervención durante casi una década en el
trabajo de prevención de la violencia machista con jóvenes desarrollado por la
Asociación Miguel Ragone, hemos sintetizado puntos estratégicos de las voces de
los varones en sus historias ligadas a sus malestares, ansiedades, ilusiones.
Son puntos que se convierten en vectores para investigar, explicar y producir
líneas de base para políticas públicas para la igualdad de oportunidades en el
desarrollo de todos los géneros.
Hemos
desarrollado un modelo base del malestar de los varones como resultado de una
síntesis elaborada a partir de cantidad de encuestas cuantitativas y
entrevistas en profundidad. En el mismo hemos aislado proposiciones que caracterizar
sus malestares:
1.-
un padre que no interviene suficientemente entre el niño y su madre, un padre
varón que por los motivos que sea, se ausenta.
2.-
Una madre muy preocupada por su hijo, muy cuidadosa de él y muy sufriente, y
que lo descalifica al padre frente al niño.
3.-
Una madre que se queja mucho de su pareja y que no se siente satisfecha con él.
4.-
Un niño bueno, como su madre, atento con ella y capaz de cuidarla mucho mejor
que el padre.
5.-
Un padre que lo desvaloriza y que se burla de él, que compite con él y que
incluso a veces le la ha dicho "mariquita".
6.-
Un niño atrapado entre el amor y el odio al padre, el deseo de matarlo y el
deseo de ser reconocido por él a cualquier precio.
7.-
“Hijas para malcriar, hijos para competir” es un sentimiento oculto en muchos
padres.
Es
remontarse a la historia biográfica de los varones en una edad muy temprana
para ayudarlos a entender las huellas que en su personalidad dejaron las formas
en que pudieron ir resolviendo convertirse en seres humanos independientes y
adultos y separándose de las vidas de su madre y de su padre.
¿Quiénes
son las mujeres próximas a los varones? ¿Cómo caracterizan su relaciona con
ellas?
Las
mujeres del parentesco sanguíneo, las mujeres de la afinidad emotiva, las
mujeres de la intimidad, las mujeres del rechazo.
Las
dificultades y fortalezas que los varones consideran en su relación con cada
una de esta tipología de mujeres en sus vidas.
Pretendemos
desarrollar instrumentos que iluminen desde y para si el comportamiento de los
varones, sin acusarlos de los privilegios heredados en su socialización, ni
victimizarlos por su construcción social del género dese temprano. Se trata de encontrar
las maneras de mostrarles a ellos los orígenes de sus propios comportamientos,
gustos, elecciones, y personalidades. Y con esa evidencia construir
conocimiento, teorías y articulaciones necesarias para completar las políticas públicas
del Estado con el objetivo de sumar a la Igualdad de oportunidades para el
desarrollo de todos los géneros. Una igualdad difícil de lograr mientras se enfoque
en la mayoría de los varones a los responsables de la violencia y continúen
visiones solo punitivas.
Es
una apuesta a desarrollar la prevención y la asistencia en políticas públicas
de Salud y Educación irradiando a todos los organismos del Estado. No dese
cualquier teoría, sino desde unas que superen el foco en la violencia como aspecto
casi unívoco de la masculinidad; abriendo el conocimiento y las intervenciones sobre
el malestar de los varones.
No
se trata de enfocar la violencia de los varones, sino el malestar de los
varones. Es pasar del efecto a la causa. Ese malestar se expresa en dimensiones
de la identidad de los varones expresadas en el modelo sintético antes
mencionado.
Por
una articulación necesaria
Es por este motivo que se hace preciso hablar de la
posibilidad de construir agendas en común con mínimos acuerdos como puntos de
partida. Preguntarse desde múltiples instituciones y actores, ¿cuáles son las
cosas que todavía incomodan? De las que no se puede hablar o resulta difícil
observarlas. Se trata de reconocer al
otro como un actor político para poder hacer esa agenda en común y necesaria. Construirla
implica:
La participación de varias generaciones de actores
La inclusión de temas transversales al análisis socio –
político y subjetivo de la construcción del género, por nombrar algunos: el
lugar social de cada uno o la clase, la región geográfica que se habite, los
posicionamientos frente al ambiente y el racismo.
Si miramos las masculinidades, desde donde las miramos y
desde donde miramos los feminismos o las luchas de las mujeres por sus
derechos.
Propuestas.