lunes, 11 de agosto de 2025

Informe final de los resultados del "Curso de actualización: Masculinidades: desafíos y debates", U N Sa 2025

 


Me interesa devolverles en términos generales una mirada sobre lo que considero se logró en los cuatro encuentros de la experiencia en la que nos dimos cita para conversar temas que nos involucran sobre nuestros intereses en las masculinidades y las vidas de los varones.

A partir de una inscripción de 60 personas, pude considerar solo diez textos elaborados. Esto indica un gran entusiasmo, pero también dificultades para sostener los deseos individuales en relación con las prioridades de la vida cotidiana en la formación. Nada nuevo en la época que nos toca vivir. Considero que hacemos lo que podemos y miro con gratitud lo que aún nos permite transitar en una universidad pública y gratuita, para explorar nuestros deseos y formarnos en condiciones poco favorables para organizar el tiempo de estudio.

Lo que pude mirar en los diez textos suyos que tuve la hermosa oportunidad de recorrer, fue un notable nivel de compromiso y comprensión, porque abordaron temas complejos de las masculinidades contemporáneas desde una perspectiva crítica y teórica; identificaron patrones claros en los puntos fuertes en los que apostaba el curso. A continuación, me permito puntualizarles -siempre en términos generales considerando los diez textos- las ideas centrales que pude sistematizar al leerlos. Voy a ponerlas considerando “puntos fuertes” y “puntos débiles para ser mejorados”. Sobre estos puntos débiles me pregunto que pude haber mejorado como docente en la conducción del dictado. Porque los resultados los considero contemplándonos todos juntxs.

Puntos Fuertes Generales:

  • Sólida comprensión teórica y crítica: mostraron buena asimilación de los fundamentos teóricos del curso, entendiendo la masculinidad como una construcción social y no una esencia fija. Hay una capacidad destacada para aplicar marcos complejos como la sociología figuracional de Norbert Elias, la teoría de la performatividad de Judith Butler, la violencia simbólica de Pierre Bourdieu, y el concepto de subalternidad de Gayatri Spivak. Por ejemplo, el grupo de Casas, Chocobar, Gonzalez Rocha y Vilte Figueroa sobresalió por el manejo que hicieron de los conceptos clave asociados a las masculinidades liberales y neoliberales, incluyendo performatividad, disciplinamiento y habitus.
  • Análisis crítico de mandatos tradicionales y su impacto: en sus textos lograron analizar con buen criterio los mandatos tradicionales de la masculinidad, su impacto en la sociedad y las nuevas formas de ser varón en el siglo XXI. Vi una buena conexión entre las dinámicas económicas (neoliberalismo, precarización laboral) y las crisis de identidad masculina. El trabajo de Saravia y Ocampo (TP1) es un ejemplo “piola” en la manera que exploraron la dicotomía sarmientina "civilización y barbarie" y cómo los mandatos tradicionales restringen la expresión emocional masculina.
  • Exploración de la vulnerabilidad masculina: tuvieron en general muy buen tino para mirar y analizar las vulnerabilidades y sufrimientos de los varones, desafiando la visión simplista de la masculinidad como una figura de privilegio homogénea. Por ejemplo en el análisis de la represión emocional, el impacto psicosocial de la autoexplotación, las tasas de suicidio y las experiencias de varones en situación de prostitución. La distinción clara entre varones que ejercen y consumen prostitución en el trabajo de Adrián Chocobar y Selva Casas, resaltando la vulnerabilidad de los primeros, los constituye en uno de los textos más valiosos en términos de sensibilidad emocional.
  • Compromiso con el cambio social: todos mostraron un gran interés en promover el cambio social y la construcción de relaciones más saludables y justas. Lo veo en las propuestas de repensar las masculinidades, promover la expresión emocional, la educación sexual integral (ESI), y "restituir comunidad" frente a la mercantilización de lo íntimo.
  • Coherencia, estructura y diversidad de fuentes: la estructuración de los textos ha sido muy clara con introducción, desarrollo y conclusión, una argumentación lógica y un lenguaje preciso. Estuvo muy bueno que usaran diversidad de fuentes, incluyendo artículos, noticias, publicidades, videos de redes sociales y (mis!!!!) notas de clase.
  • Posicionamiento situado y honestidad intelectual: algunos textos incorporaron una perspectiva situada, reconociendo la posición personal del investigador frente al objeto de estudio, me “emocionó” esto. Similar a lo que hice en la primera clase cuando me presenté ante ustedes.

Debilidades y oportunidades de mejora generales:

  • Conexión con el contexto salteño: hubo una limitada explicitación de cómo las dinámicas globales se manifiestan en el contexto específico de Salta. Si bien algunos trabajos incluyen ejemplos de Argentina o Salta, hace falta más, más, más. Este fue un objetivo explícito del curso. Me quedo pensando que tal vez como docente no insistí lo suficiente o no lo hice “tan” explicito, je je. Si no pensamos en “glocal” perdemos nosotros en la región, frente a los avatares de la globalización. Un tema para conversar largo.
  • Mayor profundización en la interseccionalidad: ¡aunque muchos de ustedes aludieron a factores como la pobreza o la clase social, falta una mayor explicitación y de la lente interseccional y encontrar matices! Eso sucedería cuando se baja a la región y a la vida cotidiana de cada uno de ustedes como investigadores. Estoy convencido que es necesario explorar más a cerca de cómo la raza, la etnia, la orientación sexual y otras identidades se cruzan para generar vulnerabilidades específicas en los varones, más allá de ejemplos generales; en casos “chiquititos”, concretos, específicos, de la vida cotidiana.
  • Explicitación de referencias teóricas: si bien hay una comprensión de los conceptos, estaría bueno mayor explicitación y citación directa de los marcos teóricos y autores clave del curso (ej. Bourdieu, Foucault, Spivak, Han).
  • Desarrollo de propuestas de políticas públicas y acción social: si bien abogan por el cambio social, insisto en que debemos acostumbrarnos a pensar “los cómo”. Es decir, intentar desarrollar con más detalle propuestas concretas de políticas públicas o iniciativas estratégicas que puedan contrarrestar las problemáticas analizadas. Es un ejercicio constante que me parece debemos hacer en los ámbitos académicos.

 

Me quede con ganas de escuchar más las voces de los varones. Había veinte inscriptos entre las sesenta personas que nos dimos cita en la experiencia. Queda la pregunta de los porqués? Y la inquietud de construir las estrategias para recuperar y hacer valiosas sus voces y experiencias. Porque son muy, muy necesarias.


sábado, 9 de agosto de 2025

Tercera clase: Un Análisis Profundo de Roles, Conflictos y Agendas de Transformación en la Diplomatura por Córdoba y Casal

 La tercera clase de la Diplomatura en Teorías y Técnicas de Abordaje de las Masculinidades, impartida por la Universidad Nacional de Tucumán en 2025 bajo la coordinación de Gabriela Córdoba y Darío Casal, se ha constituido en un espacio de profunda reflexión y análisis crítico sobre la complejidad de la identidad masculina, sus mandatos hegemónicos y los movimientos que emergen en respuesta a los cambios sociales contemporáneos. Esta sesión, central para comprender cómo las teorías y prácticas de las masculinidades impactan en las intervenciones profesionales, ha enfatizado la intrínseca conexión entre lo que se piensa y lo que se hace, partiendo de la premisa de que "lo que pensamos va a tener efectos en lo que hacemos".


Contenidos:

I. El Andamiaje de la Identidad Masculina: Una Construcción Social Costosa y Dinámica

II. El "Chicharito" como Espejo de la Masculinidad Hegemónica y sus Repercusiones Sociales

III. Raíces Sistémicas, Movimientos y Tensiones en los Estudios de Masculinidades

IV. Navegando las Tensiones: La Complejidad de "Hermana, Yo Te Creo" y la Justicia en las Masculinidades

Conclusión: Navegando las Tensiones Hacia una Justicia Equitativa y Masculinidades Transformadas


Resumen de audio



I. El Andamiaje de la Identidad Masculina: Una Construcción Social Costosa y Dinámica

La profesora Gabriela Córdoba inició la clase con un repaso conciso de los contenidos previos, sentando las bases para una comprensión matizada de la masculinidad. Subrayó que "hacerse hombre es un logro social", no un proceso biológico automático, que exige una constante conquista y merecimiento. Este proceso implica una "descontaminación de lo femenino" a través de diversas pruebas o ritos culturales, internalizando mandatos claros para ser un "verdadero hombre": no ser mujer, no ser bebé y no ser homosexual. Desde el nacimiento, la asignación de género inaugura proyectos diferenciados para varones y mujeres, con expectativas y roles distintos que se manifiestan incluso en el color de la luz de la ecografía.

La identidad de género, según Nancy Chodorow, es un "entramado" o "entrecruzamiento de lo personal y lo cultural". Esta fusión de significados subjetivos y representaciones sociales, provenientes de entornos como la familia, la escuela o la iglesia, se da en una relación dialéctica que, aunque influyente, nunca es simétrica. La identidad masculina se construye en un diálogo cercano con lo que socialmente se define como masculino, y estos mandatos hegemónicos de la virilidad se "metabolizan" o se hacen "carne", aunque pueden ser rechazados y reformulados. Este no es un proceso pasivo, sino dinámico y constantemente sometido a prueba ante la sociedad, con un disciplinamiento implacable para que los varones no se salgan de los parámetros esperados.

Este proceso tiene un "costo emocional" significativo para los hombres. La metodología de masculinización opera a través de la diferenciación, exclusión y negación de lo femenino, manifestándose en la exclusión de lo débil, lo dependiente y la negación de las propias emociones. Un "costoso pasaje" de identificación de la madre al padre refuerza el mensaje cultural de eliminar todo rastro de pasividad, vulnerabilidad o femineidad con frases como "los varones no lloran" o "no seas maricón". Los modelos socioculturales son duales y excluyentes, coaccionando a los niños a atrofiar habilidades percibidas como femeninas. Aunque existen masculinidades en plural, a menudo se impone un único molde, dejando "marcas o huellas" en los varones. La masculinidad es validada o castigada según el cumplimiento de estas expectativas.

La internalización de este modelo hegemónico conduce a prescripciones sociales como el rechazo de la demostración afectiva, dificultades para hablar de sentimientos, actividad compulsiva, homofobia/misoginia, necesidad de legitimación viril por parte de los pares y un posicionamiento jerárquico rígido con las mujeres. Esto genera miedos internos a asociarse con lo femenino y distancia emocional consigo mismos y con los demás. Este modelo hegemónico, descrito como una "encerrona trágica", niega la vulnerabilidad, fomenta la autosuficiencia y el control/dominio. La autosuficiencia masculina de origen patriarcal es paradójica; aunque se declaran independientes, esperan servicios de quienes los rodean. La ausencia de poder puede llevar a los varones a recurrir a la violencia para "restaurar su credencial de macho".

Sin embargo, la profesora Córdoba enfatiza que estas determinaciones de género pueden ser "ratificadas o reformuladas singularmente por el sujeto". Esto abre un espacio para la "libertad subjetiva" y la "capacidad de agencia", permitiendo que la identidad masculina se movilice y surjan ambigüedades, momentos clave para la intervención. Diferentes marcos teóricos abordan esta capacidad de decidir: la mirada tradicional que enfatiza la imposición social frente a enfoques más contemporáneos como el crítico, interseccional y de género y derechos humanos, que promueven la transformación, la diversidad y la agencia individual. La reformulación de la masculinidad hegemónica por Connell y Messerschmidt también apoya esta visión, reconociendo múltiples patrones y jerarquías no estáticas.

Para trabajar con varones, es crucial comprender cómo las representaciones de lo masculino actúan como "materia prima" para su identidad. Sin embargo, el concepto de masculinidad hegemónica a menudo se simplifica a un mero sinónimo de machismo, ignorando las desigualdades que también atraviesan a los varones. La internalización de esta masculinidad hegemónica se traduce en la negación de la vulnerabilidad, una autosuficiencia omnipotente y una necesidad de control y dominio. La profesora Córdoba identifica cuatro ideologías clave que se entrecruzan en la constitución de la masculinidad: la patriarcal (jerarquía hombre-mujer), la individualista de la modernidad (autosuficiencia, violencia como respuesta), la de la exclusión y subordinación de la otredad (disciplinamiento viril) y la del heterosexismo homofóbico (presión por la heterosexualidad, homofobia).

II. El "Chicharito" como Espejo de la Masculinidad Hegemónica y sus Repercusiones Sociales

La segunda parte de la clase se centró en el análisis de la masculinidad hegemónica a través de un video del exfutbolista mexicano conocido como "Chicharito". Este video, que generó un intenso debate en los grupos de trabajo, fue presentado como un "corto y pego de lo que es la masculinidad hegemónica" y un "reflejo de esa sociedad".

El discurso del "Chicharito" establecía roles de género tradicionales y rígidos:

  • Para las mujeres, el mensaje era de "fracaso" por "erradicar la masculinidad", instándolas a "encarnar su energía femenina" dedicándose al cuidado, la nutrición, la limpieza y el "sostenimiento del hogar". Se les pedía "permitirse ser lideradas por un hombre".
  • Para los hombres, el discurso hablaba de una "falla" en el compromiso y la necesidad de "volvernos admirables", pero también de "miedo a hablar y expresarnos verdaderamente de lo que sentimos".

Los grupos de trabajo y la profesora Córdoba identificaron varias dimensiones críticas en este discurso:

  • Roles de Género Tradicionales y Rígidos: Se evidenció una división estática y binaria, ubicando a la mujer en el espacio doméstico y al hombre en el público como proveedor.
  • Demonización de las Mujeres y Narrativa de Restauración: El mensaje "demoniza a las mujeres", haciéndolas "responsables de todo lo que está pasando", lo que se asoció a una "narrativa de restauración" de masculinidades "agraviadas o en crisis" por los avances feministas.
  • Exclusión de la Otredad y Binarismo Rígido: El video promovía un "mensaje muy binario", sin "posibilidad de otra sexualidad, de otra forma de masculinidad", excluyendo a las "diversidades" y reforzando una normatividad hegemónica.
  • Legitimación de la Asimetría de Poder: La idea de que las mujeres deben "permitirse ser lideradas por un hombre" se interpretó como una legitimación de la asimetría de poder, presentada como un "complemento armonioso".
  • Discurso Neoconservador Camuflado: Se identificó como un "discurso neoconservador y machista", que utilizaba lenguaje de "espiritualidad y coaching relacional" para "camuflar" o "disfrazar" el modelo hegemónico, haciéndolo más aceptable.
  • Esencialismo de Género: El video respondía a "definiciones esencialistas del género", atribuyendo a hombres y mujeres una "naturaleza fija e inmutable" para justificar sus roles "naturales".
  • Costo para los Varones: A pesar de la postura de dominio, el discurso también revelaba la presión sobre los varones para ser "admirables" y "proveedores", y la dificultad de expresar emociones sin ser castigados.
  • Impacto Social y Contradicciones: A pesar de ser un "producto de una sociedad", el discurso generó "memes burlándose" y fue percibido como una "amenaza". La contradicción entre el mensaje y la vida personal del "Chicharito" (divorciado, hijos con la madre) fue un punto clave, sugiriendo que el mensaje podía ser puro "marketing" con intereses políticos y económicos.

La intervención del profesor Darío Casal posterior a la exposición de los grupos fue crucial para contextualizar el impacto del video. Casal enfatizó que, a pesar de los 6 millones de seguidores del "Chicharito", "no se habilita a cualquier discurso neoconservador y machista". Citó como pruebas de esta resistencia las declaraciones de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum (una "presidenta de izquierda"), y el retiro del patrocinio de la marca Puma. Casal lamentó la ausencia de "un varón con la autoridad, con la jerarquía que tiene la presidenta de México a hacer ninguna declaración al respecto", subrayando la necesidad de voces masculinas influyentes que desafíen estos discursos.

III. Raíces Sistémicas, Movimientos y Tensiones en los Estudios de Masculinidades

El profesor Darío Casal expandió el análisis hacia las raíces sistémicas de la desigualdad, presentando una infografía que ilustra cómo el capitalismo (base económica) se apoya en dos pilares ideológicos: el patriarcado (sistema de poder de género) y el neoliberalismo (ideología del mercado y el individualismo). Este entramado genera consecuencias psicológicas y sociales como el pensamiento binario y la "destrucción de la razón", volviendo el sistema "tangible" en los cuerpos y las identidades de hombres y mujeres. Mientras a los hombres el sistema les otorga "poder y privilegios" (con el costo de roles rígidos y limitaciones emocionales), a las mujeres les asigna un "rol también complicado".

Casal estableció un punto de partida crítico para el estudio de las masculinidades, basado en cinco pilares:

  1. Relación de poder: Una dinámica jerárquica acentuada por el sistema patriarcal, capitalista y neoliberal.
  2. Mayores privilegios para los varones: Los varones poseen mayores privilegios que las mujeres en la misma situación, aunque con costos.
  3. Diversas maneras de ser hombre en Occidente: No todas gozan de reconocimiento social, y quienes se apartan de la norma son cuestionados.
  4. El conflicto principal: La homofobia y la dificultad para considerar a las mujeres como iguales.
  5. Lo que mata en Occidente: La misoginia y la competencia masculina, que se traduce en violencia contra las mujeres y entre los propios hombres.

Darío Casal también abordó las reacciones masculinas ante la lucha por la igualdad, basándose en Luis Bonino Méndez:

  • Contrarios a los cambios: Perciben el feminismo como una "amenaza directa" a su poder y privilegios, buscando un "backlash" o retroceso violento y culpabilizando a las mujeres.
  • Favorables a los cambios (Profeministas): Comprenden que el patriarcado oprime a mujeres y limita a varones, buscando una masculinidad positiva, inclusiva y diversa. Promueven la reflexión, educación y acción contra la violencia de género.
  • Ambivalentes frente al cambio: Expresan apoyo a la igualdad, pero en la práctica reproducen el patriarcado por "disonancia cognitiva", sin desprenderse de sus privilegios.

Casal utilizó la metáfora del iceberg para describir los movimientos de varones. La punta visible son los discursos progresistas (academia, militancia, medios) que promueven la igualdad. La parte sumergida, mucho más grande, es el "backlash" o retroceso violento, que busca deslegitimar el feminismo. Este backlash se manifiesta en:

  • Uso de términos progresistas vacíos: Como "deconstrucción" sin cuestionar el patriarcado o privilegios.
  • Culpabilización del feminismo: Creando una "narrativa de guerra entre los sexos" que niega las desigualdades de poder.
  • Negación del enfoque de género: Inventando una "ideología de género" para deslegitimar el campo. Casal ejemplificó con grupos en Uruguay que niegan la "ideología de género".

También se describieron movimientos específicos: mitopoético (búsqueda emocional sin base en la historia de las mujeres), de derechos de los hombres (sin perspectiva de género, como el "SAP"), fundamentalista (resistencia al cambio, jerarquía de género), antisexistas (combate al sexismo, apoyo feminista) y mediático en la retórica de los nuevos varones (cuestionamiento sutil con lenguaje estratégico).

La consulta del estudiante Daniel Mansilla, sobre cómo desarrollar teóricamente el empoderamiento femenino en un caso real, ilustró la tensión entre teoría y práctica en el ámbito judicial. Su pregunta sobre la dificultad de generar "pruebas" para que un hombre "se defienda de no ser violento" y el "peso estigmatizante" de las medidas cautelares resonó con las discusiones sobre el backlash, el binarismo fundamentalista y el punitivismo. Casal reconoció que es un "tema poco hablado, poco cuestionado, porque no es políticamente correcto", justificando la derivación a un diálogo privado.

Finalmente, Casal delineó los marcos teóricos para la igualdad de género y derechos humanos, proponiendo un trabajo que no solo busque proteger a las mujeres, sino también apoyar a los varones para que construyan una masculinidad saludable y mejoren su calidad de vida. La deconstrucción masculina "nos beneficia a nosotros [los varones] muchísimo, no solamente a las mujeres".

IV. Navegando las Tensiones: La Complejidad de "Hermana, Yo Te Creo" y la Justicia en las Masculinidades

La tercera parte de la clase culminó con una profunda exploración de los "arcos de tensión" que definen el campo de estudio de las masculinidades, entendidos como dinámicas conflictivas entre dos polos opuestos donde se busca fluctuar sin quedarse rígidamente en uno.

Se presentaron varios arcos de tensión clave:

  1. Propósito de los grupos para varones que ejercen violencia: Entre "solamente para proteger a las mujeres" (criticado por Casal como esencialista y binario, al no permitir que el varón se sienta "sujeto de derecho") y "solamente para beneficiar a los hombres y potenciar sus privilegios". La postura intermedia busca la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, con foco en hombres y niños, promoviendo una masculinidad saludable y una mejora en la calidad de vida de los varones.
  2. "Hombres Violentos" vs. "Hombres Inmaculados": Casal objeta la etiqueta de "hombres violentos" por su rigidez y la inexistencia de "hombres inmaculados". La propuesta es el cuestionamiento permanente de las prácticas en pos del cambio.
  3. "Mujeres Víctimas de Violencia" vs. "Mujeres Inmaculadas": Este arco fue el centro de un debate crucial sobre la frase "Hermana, yo te creo". Casal expresó su desacuerdo si la frase implica una verdad absoluta que anula cualquier investigación, abogando por el análisis "caso por caso" y la observación del "nivel de empoderamiento de las mujeres" sin caer en narrativas binarias. Ofelia Churquia intervino para contextualizar el valor histórico y político de "Hermana, yo te creo" como una respuesta feminista a la desacreditación de las mujeres, distinguiéndolo del debido proceso legal. La profesora Gabriela Córdoba profundizó en esta tensión, definiendo el "creerle a la víctima" como un "acto político" de presunción de veracidad inicial para proteger a la denunciante y evitar su revictimización. Propuso un "tercer arco": "escuchar y acompañar con respeto, investigando sin revictimizar". Subrayó que el empoderamiento no es lineal y destacó la importancia del apoyo post-denuncia, la necesidad de discernir "intencionalidades de daño" o "contradicciones", e instó a hacer "preguntas válidas para proteger, para verificar, para garantizar justicia". María Gutiérrez añadió una dimensión crítica desde la práctica judicial, señalando cómo las medidas de protección civil "para siempre" pueden estigmatizar a los varones al no permitirles probar su no-violencia o su cambio de pautas, generando una "frustración profesional y social" ante la ausencia de mecanismos procesales que equilibren el sistema para ambos géneros.
  4. "Punitivismo" vs. "No Involucrarse": Casal criticó la actitud punitivista de "acusar, castigar, discriminar" sin investigación, ejemplificado en la "cancelación" del "Chicharito". Propuso, en cambio, apoyar y reeducar a los varones denunciados o cuestionados, buscándolos como aliados en lugar de marginarlos, pues el punitivismo "no nos conduce a nada".

Conclusión: Navegando las Tensiones Hacia una Justicia Equitativa y Masculinidades Transformadas

La discusión en esta tercera parte de la clase ha explorado profundamente los "arcos de tensión" inherentes a los debates contemporáneos sobre la violencia de género y las masculinidades, centrándose especialmente en la frase "Hermana, yo te creo". Si bien el profesor Casal inició el debate cuestionando la adopción acrítica de esta consigna, abogando por el análisis caso por caso para evitar un pensamiento binario que asuma la "mujer inmaculada" o el "hombre violento", las intervenciones de las estudiantes y la profesora Córdoba complejizaron esta postura. Ofelia Churquia subrayó el valor histórico y político de la frase como una respuesta feminista ante la desacreditación de las experiencias de las mujeres, destacando su rol como una estrategia para establecer "ciertas formas de una historicidad" y construir discursos de lucha. La profesora Gabriela Córdoba profundizó en esto, definiendo el acto de "creerle a la víctima" como un acto político inicial de presunción de veracidad para protegerla y evitar su revictimización, proponiendo un "tercer arco" que equilibre la protección con la investigación respetuosa y sin revictimización, reconociendo la importancia del apoyo posterior a la denuncia y la validez de "preguntas válidas para proteger, para verificar, para garantizar justicia".

La estudiante María Gutiérrez añadió una dimensión crítica desde la práctica judicial, señalando cómo las medidas de protección civil "para siempre" pueden estigmatizar a los varones al no permitirles probar su no-violencia o su cambio de pautas, generando una frustración profesional y social ante la ausencia de mecanismos procesales que equilibren el sistema para ambos géneros. En síntesis, esta sección enfatiza la necesidad de trascender las posturas punitivistas o de aceptación acrítica, promoviendo una reflexión constante y un abordaje matizado que busque tanto la protección inmediata de las víctimas como la re-educación y el apoyo de los varones para construir masculinidades saludables y mejorar su calidad de vida. El debate resalta que no se trata de justificar la violencia, sino de encontrar el equilibrio para trabajar terapéuticamente y socialmente con todas las personas involucradas, reconociendo la complejidad de cada situación. La clase, en su conjunto, ha sido una invitación a la deconstrucción continua, a la revisión de los propios sesgos y a la búsqueda de soluciones integrales que aborden las profundas raíces sistémicas de la desigualdad de género, sin caer en simplificaciones que perpetúen la violencia o ignoren la necesidad de una justicia equitativa para todas las personas.

 

Diálogo y Reflexión Crítica en la clase de lectura sobre los contenidos dictados por Enrique Stola en el IV encuentro teórico

Nuestra clase de lectura de la diplomatura de masculinidades, que se centra en la exposición teórica de Enrique Stola, se ha convertido en un espacio fundamental y dinámico para nuestra formación. Más allá de ser una simple recapitulación de lo que escuchamos, este encuentro funciona como un verdadero taller de pensamiento crítico. Aquí, nuestras voces —las de Laura, Fernando, Juan, Jime, Facundo y Juani— no solo resumen conceptos, sino que los analizamos, los conectamos con nuestras propias vivencias y los situamos en un contexto sociopolítico y emocional más amplio. Este diálogo colectivo es, para nosotros, la verdadera herramienta para la acción transformadora que persigue la diplomatura, un espacio donde la teoría académica se confronta directamente con la complejidad del activismo y la cruda realidad social.


A través de las distintas intervenciones de mis compañeros y compañeras, he podido observar cómo los conceptos de dominación, poder y masculinidad son desglosados y re-articulados, demostrando que el aprendizaje efectivo no reside en la mera asimilación de la información, sino en el profundo proceso de procesar nuestras propias contradicciones. Nos comprometemos a una reflexión continua, una tarea que es vital para evitar reproducir los mismos patrones patriarcales en nuestro día a día.

Resumen de audio

La Defensa de Stola y la Ofensiva de la Derecha

Una de las primeras y más significativas líneas de debate en nuestra clase se centró en la figura del propio Enrique Stola. Mi compañera Laura inició el diálogo, no solo contextualizando su trayectoria como médico psiquiatra y activista feminista, sino revelando una situación que nos conmocionó. Nos contó que Stola había sido objeto de una "operación bastante grande" destinada a desacreditar su trabajo. Nos explicó que, a raíz de un joven que se retractó de una denuncia, se le inició una causa. La gravedad de esta situación, tal como la analizó Laura, solo puede entenderse como parte de una "ofensiva de derecha" que busca deslegitimar los estudios de género y las problemáticas que estos abordan. Para nosotros, esto no era solo una noticia; era una interpelación directa a la relevancia de lo que estábamos estudiando.

La intervención de Fernando fue crucial para que pudiéramos enmarcar la situación. Él trazó un paralelo con el caso de Jorge Corsi, otro referente en el campo que también fue objeto de un "encorsetamiento" similar por parte de lo que él llama "reacciones de las derechas". Fernando subrayó un punto que todos sentimos como una verdad innegable: no se trata de incidentes aislados, sino de una estrategia política deliberada. El hecho de que a Stola "se lo quieran llevar puestos" no es una casualidad; es una consecuencia directa de su trabajo y su crítica a instituciones poderosas, como la Iglesia, y su enfoque político en las masculinidades. Al reflexionar sobre esto en clase, comprendimos que nuestro trabajo académico y activista no es un ejercicio neutral, sino que está inherentemente ligado a una lucha por el poder y la hegemonía ideológica. La defensa de Stola, por lo tanto, se convirtió para nosotros en un acto de resistencia colectiva y en la reafirmación del valor de las ideas que él representa y que nos reúne en esta diplomatura.

La Conceptualización Crítica del Lenguaje: Raza y Masculinidades

El diálogo se adentró en un terreno más conceptual con las reflexiones de Fernando y Juan, quienes se centraron en el uso crítico del lenguaje, un punto que Stola había destacado en su clase teórica. Fernando nos recordó la insistencia de Stola en seguir utilizando el término "raza" o, de manera más precisa, "racialización". Stola, alineado con teóricos negros, argumenta que, aunque la raza no tiene una base biológica, sí existe como una poderosa construcción social y política con consecuencias históricas y presentes innegables. Fernando nos hizo reflexionar sobre cómo la "corrección política", al buscar términos más "amables", corre el riesgo de ocultar la dominación subyacente que el vocablo "raza" denuncia. Si dejamos de nombrar la raza, nos advertió, corremos el peligro de borrar las experiencias de opresión y de invisibilizar las luchas de los grupos racializados, debilitando así las herramientas para desmantelar el racismo como matriz de dominación.

De manera similar, tanto Fernando como Juan abordaron la crítica que Almudena Hernando realiza al concepto de "masculinidad". Almudena, al cuestionar la existencia de posgrados en masculinidades pero no en "nuevas feminidades", argumenta que el término en sí mismo es patriarcal, ya que agrupa a todas las masculinidades bajo un mismo paraguas. Esta crítica nos hizo pensar mucho. Sin embargo, Juan nos ayudó a aclarar la postura de Stola: si bien él reconoce la validez de esa crítica, considera que el término sigue siendo una herramienta útil. Para Stola, el concepto de masculinidad es un instrumento analítico que nos permite "visualizar una situación de dominación" que ha sido naturalizada a lo largo de la historia. Juan concluyó que dejar de usar el término de manera abrupta podría dificultar la identificación de los mecanismos de poder que operan en los varones y en la sociedad en general. La conclusión de esta discusión fue clara para todos nosotros: el lenguaje es un campo de batalla en sí mismo, y su uso debe ser consciente, estratégico y alineado con los objetivos de la lucha contra la dominación.

Desafíos en la Aplicación Práctica y la Naturaleza del Poder

El debate académico y político se aterriza en la realidad con la intervención de Jime, que nos relató su experiencia al intentar llevar la teoría de la clase a la práctica en un taller de masculinidades con adolescentes. Ella describió la situación como un "caos" y "un viaje", una confesión que resonó con la dificultad que todos hemos experimentado en la intervención social. Su testimonio fue valioso porque nos puso de manifiesto la enorme brecha entre el aula teórica y la complejidad de las interacciones humanas. A pesar de las dificultades iniciales, Jime nos dijo que la experiencia fue "buenísima", ya que abrió "un montón de puertas para laborar". Esto ilustra una de las lecciones más importantes que hemos aprendido: el proceso de cambio, tal como se mencionó en la clase, es "no apto para ansiosos" y requiere una enorme dosis de paciencia, ya que los resultados pueden tardar años en manifestarse. Su relato nos subrayó que la teoría no es un manual de instrucciones, sino un conjunto de herramientas que deben ser adaptadas, probadas y, en ocasiones, reelaboradas en el campo de acción.

Por su parte, Facundo introdujo un desafío conceptual y práctico crucial que nos hizo pensar a todos: la educación popular y el feminismo. Él nos planteó que el conocimiento no debe ser un objeto de posesión personal, sino que debe ser "despersonalizado" y construido de forma colectiva. Facundo enfatizó que las lógicas de dominación son "transversales a todas las identidades", y que incluso en los espacios que consideramos "contrahegemónicos", podemos reproducir dinámicas patriarcales, como el monopolio de la palabra. Su intervención nos resaltó la importancia de la auto-interpelación y el reconocimiento de nuestro propio privilegio como condición necesaria para construir alternativas genuinas. La verdadera transformación no radica solo en señalar la opresión externa, sino en ser capaces de ver cómo los patrones de dominación se han arraigado en nuestras propias formas de pensar y actuar.

Finalmente, Juani, desde su formación en sociología, nos aportó una perspectiva más teórica sobre el poder. Él cuestionó si el objetivo final de nuestras luchas es la disolución del poder o su distribución, argumentando que el conflicto y la relación dominado-dominante son "constitutivos" de las relaciones sociales. Juani valoró el enfoque de la clase en las relaciones de poder por sobre una mirada puramente identitaria, sugiriendo que la dominación se manifiesta a través de diversas dinámicas, como las diferencias económicas, incluso si se superan las lógicas de género. Esta reflexión complejizó aún más nuestro debate, impidiendo que la lucha se redujera a una simple batalla entre géneros y recordándonos la interseccionalidad de las opresiones.

Miedo, Enojo y la Tarea Pendiente

El documento de la clase de lectura nos hizo sentir de forma muy vívida una sensación recurrente entre nosotros: la alerta y preocupación que genera el avance de la nueva derecha y su vínculo con modelos de masculinidad hegemónica. Esto nos despertó sensaciones de "miedo, enojo y reacción", así como la "impresión" ante la "crueldad" que observamos en ciertos contextos políticos. La clase de Stola, al ofrecernos un marco conceptual para entender estos fenómenos, actuó como una herramienta para canalizar estas emociones en una respuesta política y social. Para nosotros, el "miedo" se convirtió en una alarma, el "enojo" en un motor para la acción y la "reacción" en una respuesta organizada. Esta dimensión emocional fue clave, ya que la política no se vive únicamente desde la razón, sino también desde las sensaciones que generan las injusticias.

A pesar de la dificultad que implica confrontar estas lógicas, existe una fuerte convicción de que estamos asumiendo una "tarea pendiente" en los activismos y la academia. Esta tarea no es solo teórica, sino eminentemente práctica. Implica la construcción de nuevas formas de masculinidad que no se basen en la dominación y el goce del poder, sino en la empatía, el cuidado y la colaboración. La diplomatura, en este sentido, se presenta como un espacio de entrenamiento para esta tarea, un lugar donde nosotros, como participantes, podemos procesar nuestras propias contradicciones y adquirir las herramientas necesarias para la acción.

El Rol de la Academia y el Activismo en la Diplomatura

El espacio de la diplomatura es valorado por todos nosotros porque fomenta un "intercambio" y un "aprendizaje efectivo". Esto se logra, en parte, porque nos permite no solo integrar los conocimientos de Stola, sino también procesar nuestras propias contradicciones. La emotividad se manifiesta constantemente en nuestras intervenciones, desde la frustración que sentimos por las resistencias que encontramos en el trabajo de campo hasta la profunda satisfacción de abordar temas cruciales que pocos quieren enfrentar. El formato de clase de lectura es ideal para este propósito, ya que el diálogo nos permite que las ideas se construyan y deconstruyan en tiempo real. La academia, en este contexto, no es una torre de marfil, sino una plataforma para el activismo.

Al integrar las discusiones sobre el patriarcado, el racismo, el neoliberalismo y la tecnología, nuestra diplomatura nos ofrece una mirada holística de la dominación. Mis compañeros, al escuchar las exposiciones de Stola y al confrontarlas con sus propias reflexiones, comprenden que la lucha contra el patriarcado no puede ser un asunto aislado. Las intervenciones de Fernando, Juan, Facundo, Jime y Juani demuestran que la interseccionalidad no es solo un concepto teórico, sino una realidad palpable en el activismo, en la política y en la vida cotidiana. La riqueza de este diálogo es la mejor prueba de que el enfoque de la diplomatura logra su objetivo principal: formarnos como individuos capaces de pensar críticamente y de actuar de manera transformadora.

Conclusión: Un Diálogo en Constante Construcción

En resumen, la clase de lectura de la diplomatura de masculinidades es mucho más que una simple revisión de conceptos. Es un espacio donde la defensa de nuestros referentes académicos se articula con la crítica al lenguaje, donde los desafíos de la aplicación práctica de la teoría se confrontan con las dinámicas del poder y donde nuestras emociones de miedo y enojo se convierten en el motor para una "tarea pendiente".

Las intervenciones de todos nosotros, desde Laura hasta Juani, demuestran la complejidad del pensamiento y la acción en el campo de los estudios de género. La diplomatura no solo nos ofrece un marco conceptual, sino que también fomenta una cultura de la reflexión y el intercambio. Al final, lo que nos queda claro es que la lucha por la liberación del género, tal como la concibe Stola, es una lucha por la liberación de todos los modos de dominación existentes. Y el camino hacia esa liberación es un diálogo en constante construcción, donde cada voz, cada duda y cada experiencia tienen un lugar vital. El aprendizaje no es la meta, sino el proceso de seguir dialogando, cuestionando y construyendo un mundo más justo y equitativo para todos.